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SAPO DE ESPUELAS (PELOBATES CULTRIPES)
El sapo de espuelas es un sapo de cuerpo fuerte, patas cortas y piel lisa. No tiene las típicas glándulas detrás de la cabeza que tienen otros sapos. Sus ojos son grandes y su pupila es vertical (de arriba abajo). Tiene un espolón negro en las patas traseras que usa para excavar en la tierra.
Normalmente mide entre 5 y 6,5 cm, aunque algunos llegan a casi 9 cm. Las hembras son más grandes y fuertes que los machos. Los machos tienen una glándula amarilla en los brazos, pero no tienen los "sacos de canto" que usan otros sapos para croar.
El sapo de espuelas empieza a buscar pareja desde octubre, y puede poner huevos en noviembre. La hembra pone un cordón con muchos huevos, entre 1.380 y 6.882. Después de 3 o 4 meses, nacen los sapitos, que miden entre 2 y 4 cm y todavía tienen un poco de cola.
Este sapo vive en la tierra y sale sobre todo al atardecer o de noche. Durante el día se esconde bajo tierra, en agujeros que puede excavar hasta 58 cm de profundidad. En verano, se entierra aún más para protegerse del calor. Le gusta excavar en suelos blandos y arenosos usando su espolón.
Se alimenta de insectos como escarabajos, chinches y saltamontes. Sus larvas (renacuajos) comen plantas, pequeños animales e incluso a otros renacuajos si hay demasiados.
Prefiere vivir en suelos húmedos, cerca de ríos, lagunas, pantanos, charcas o en dunas de arena junto al mar. Es común encontrarlo en campos de cultivo y cerca del agua.
Se encuentra en casi toda la Península Ibérica, menos en algunas zonas muy secas del sureste, la cornisa Cantábrica y los Pirineos.